martes, 30 de marzo de 2010

Momentos de pasión

La Semana Santa ha llegado a Zamora y, como cada año, la ciudad se transforma dispuesta a vivir un aluvión de momentos de pasión.

Las calles del casco antiguo mudan sus colores, cambian su olor y atenúan su luz. Los miles de turistas que nos visitan se sorprenden del silencio, el respeto y el recogimiento con el que nuestras gentes acogen los desfiles procesionales. Aquí la pasión de Cristo se vive de un modo diferente, único.

Desde bien pequeño siempre he sentido una gran admiración por nuestra Semana Santa, aunque no formo parte de ese numeroso grupo de zamoranos que sale en las procesiones, normalmente en más de una cofradía. Siempre me ha gustado vivirla desde fuera.

Cuando uno tenía unos cuantos años menos esta semana suponía estar prácticamente todo el día fuera de casa. Uno era capaz de tirarse horas esperando el paso de la procesión en primera fila, luego verla en determinados rincones y, a veces, por ambos lados, si salían muchos conocidos.

En esos días todos los zamoranos salen a la calle, inundan las aceras, esperan con sosiego los desfiles comiendo toneladas de pipas y disfrutan de esos momentos mágicos que cada cual vive íntimamente. ¡Qué difícil resulta hablar de algo que uno lleva tan profundamente en el corazón!

Aunque hay multitud de momentos de pasión, quiero compartir algunos de ellos. Sin duda, para mí, sobre todo uno, refleja lo que es nuestra Semana Santa, la procesión del Jueves Santo de la Hermandad de Jesús Yacente.

El cristo yacente entrando por una de las esquinas de la Plaza de Viriato, una plaza cuadrangular en la que esperan dispuestos todos los cofrades, una plaza en la que, en la oscuridad de la noche, no cabe ni una alfiler. Una vez que el cristo entra en la plaza, la pequeña campana que acompaña la imagen dejan de sonar y el coro de la hermandad comienza a entonar el Miserere, casi 8 minutos que te encogen el corazón, te ponen los pelos de punta y te resecan la garganta. El tiempo necesario para que la escenificación vívida de la muerte de Jesús de la vuelta completa a la plaza.



Pero esta semana nos brinda otros preciosos momentos, imágenes y sonidos que perdurarán en nuestra memoria: el eco del bombardino de las Capas Pardas, la Virgen de la Esperanza cruzando el río, el canto del Jerusalem, el juramento del Silencio, los acordes de la marcha de Thalberg...

El Viernes Santo llegó,
sopas de ajo y ronco tambor.

Recordarás
tiempos de mi niñez,
juventud, que se fue,
volverán.

Una mañana sin par,
algo sublime,
difícil contar.

Suave mañana
de sin par color,
son momentos tan emotivos,
...
zamoranos muy unidos,
disfrutemos.



... el baile del cinco de copas a la salida de la iglesia de San Juan, la reverencia en la madrugada del Viernes Santo...

Desde aquí les invito a vivirlos en primera persona. Si hay un momento para visitar Zamora, desde luego es en estas fechas. ¡No se arrepentirán!

miércoles, 24 de marzo de 2010

Galería de recuerdos (IV)



Aunque la primavera parece haber llegado solo a nuestros calendarios, si es verdad que ya se empiezan a ver algunos "brotes verdes" o síntomas primaverales: floración de algunos árboles, aves en pleno cortejo y otras ya ocupadas en construir sus nidos, niños llenando los parques, valientes en manga corta...

Uno de los recuerdos más primaverales que tengo de mi infancia es el de los pámpanos, nombre que nosotros dábamos a esas flores blancas de peculiar aroma y que según parece pertenecen a las robinias o falsas acacias. Pero más que su olor, recuerdo su sabor, pues trepábamos a los árboles y nos las comíamos en cantidades suficientes para no terminar con un dolor de barriga, lo que irremediablemente te ocurría si te pasabas con los pámpanos.

Pero esos no eran los únicos árboles a los que subíamos. Los árboles de morera estaban muy solicitados pues era preciso trepar a ellos para conseguir el alimento necesario para nuestros gusanos de seda. Una leyenda urbana decía que no era aconsejable darles lechuga pues se les explotaba la cabeza, cosa que creo que llegué a comprobar alguna que otra vez, no sé si por interés científico o por mera curiosidad.


Sin embargo, lo que sigue presente en mi memoria es el olor de las cajas de zapatos perforadas donde criábamos a los gusanos. Creo que ese aroma, inherente a toda esa metamorfosis, era el responsable de que nunca tuviera la paciencia necesaria para ver terminar el proceso, es decir, ver al gusano convertido en mariposa. A medio camino, más o menos en la fase de capullo, mis cajas con gusanos solían acabar en la basura.

También recuerdo las subidas a los cipreses del parque del Castillo pues éstos nos proporcionaban la munición necesaria para poder participar en esos juegos tan educativos que consistían en verdaderas batallas campales de intercambio de proyectiles.


El resultado de tanto trepar quedaba perfectamente reflejado en diversos cortes, heridas incisocontusas y moratones varios que terminaban adornando brazos y piernas de un cuerpo que parecía ejemplificar la llegada de la pasión de la Semana Santa.

Y vosotros, ¿también os subíais a los árboles?

sábado, 20 de marzo de 2010

Un circo que merece la pena

La televisión de hoy en día se ha convertido en un siniestro circo por el que desfilan las criaturas más abominables que ha generado esta sociedad carente de valores y de simple humanidad.

Hoy les traigo, en Versión Orginal Subtitulada, "La parada de los monstruos", un clásico de los años 30 del pasado siglo, un canto a la diferencia de la mano de un puñado de personajes singulares que seguro les atraparán.

Como siempre, recomiendo la opción de pantalla completa



Para los que ya la conozcan les dejo un montón de curiosidades sobre la película.

martes, 16 de marzo de 2010

La primera vez

Aunque las cenizas grises del tanatorio me nublaban un poco la vista, desde allí se podía divisar un mar azul que enseguida evocó un maravilloso instante del pasado.

Ese mismo mar, más de treinta años antes, había supuesto para mí una experiencia inolvidable. Para un niño de tierra adentro el mar resultaba algo sorprendente y tremendamente novedoso.

Ahora, desde aquella terraza acristalada, recordé mi primer viaje en barco. Una travesía corta, desde Coruña a la playa de Santa Cristina, pero que para mí supuso todo un mundo de sensaciones que aún hoy todavía recuerdo.



Esa es la foto de aquel viaje y éste mi recuerdo para uno de aquellos protagonistas que me acompañó en esa mágica travesía, en el momento que doy mi último adiós a su viuda.

Desconozco si aquella primera vez ha sido determinante en mi vida para desarrollar una verdadera pasión por el mar, los barcos y, más recientemente, por el modelismo naval.

Ahora, echando la vista atrás, me doy cuenta de que soy capaz de recordar cada una de las escasas ocasiones en que he tenido la oportunidad de subirme a un barco: Coruña, Laredo, Mallorca, Copenhague, Noruega, Gandía.

Consciente del inexorable paso del tiempo, compruebo como, poco a poco, las fotografías del pasado se van cobrando protagonistas. Comienzan a salir de las instantáneas pero permanecen en nuestro recuerdo, lo mismo que el mar, que los barcos, que aquellas primeras veces…

martes, 2 de marzo de 2010

Feeling




Importadas de Estados Unidos hace ya tiempo llegaron a España las citas rápidas o "speed dating". Encuentros de cinco o siete minutos en los que dos personas charlan para conocerse mejor. Según los expertos, ese tiempo es suficiente para saber si desearías volver a ver a la otra persona o, en el caso de que no te guste, no te sientas incómodo. Una versión más reciente de estas citas a ciegas son las que se desarrollan on-line, a través de videoconferencia.

La primera impresión es tan importante que no existe una segunda para remediarla. Este primer golpe de vista resulta difícil de cambiar y de él nos servimos tanto en el amor, como en la amistad y el trabajo. Las investigaciones actuales insisten en que la opinión sobre la otra persona se emite en cuestión de segundos y suele ser bastante fiable. Esta primera impresión parece generarse de forma subconsciente y en la que influye de manera determinante el lenguaje corporal.

Numerosos estudios han demostrado que las personas llegan a conclusiones sobre otras basándose en muy poca información, pero lo que resulta llamativo es comprobar que muchas de esas impresiones encierran conclusiones correctas, y que se puede llegar a éstas incluso a partir de algo tan simple como una única fotografía o la visión de un vídeo unos pocos segundos.

Recientes investigaciones parecen indicar que el futuro de las relaciones interpersonales se decide realmente en los primeros minutos de conversación entre dos personas. En este tiempo, las personas determinan las oportunidades de una relación con el otro y evalúan su disposición a realizar el esfuerzo necesario para que se convierta en una buena amistad o en un romance.

Además, esta opinión tiende a mantenerse estable a lo largo del tiempo y suele resultar difícil cambiarla, debido a que implica partir otra vez de cero: evaluar de nuevo toda la información que tenemos de esa persona, admitir que nos hemos equivocado y llegar a conclusiones diferentes que nos empujarían a cambiar nuestro comportamiento. Por tanto, es mucho más fácil mantener siempre la misma opinión, a no ser que nos encontremos con información que es claramente inconsistente con la impresión que nos hemos formado.

La gente se suele quedar con la primera impresión que recibe, y en el futuro sigue buscando claves que confirmen esa primera impresión pues, como ya comentamos aquí, nos resulta difícil admitir que nos hemos equivocado.