
Con lágrimas en los ojos doy mi último adiós a alguien que se cruzó en mi camino en varias ocasiones y, con impotencia, intento buscar una explicación a semejante sinrazón.
Es muy duro asistir a cómo una jugada de la vida, en forma de enfermedad, borra para siempre un montón de sueños, ilusiones, proyectos y caminos por recorrer.
Nuestras huellas nunca más se volverán a cruzar pero en mi corazón intentaré guardar aquellas que dejamos juntos.
Adiós, Luis.
2 comentarios:
Lo siento mucho, Náufrago.
Un saludo
Muchas gracias Isabel.
La vida no se detiene y cuando pasan estas cosas tan tristes te das mas cuenta de que hay que exprimir cada minuto que estamos aquí y no dejar nada dentro. Espero poder hablar hoy mismo sobre ello
Saludos.
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