jueves, 14 de mayo de 2009

Una mirada atrás




No siempre tenemos la suerte de caminar sobre la arena y poder dejar nuestra huella, marca que sirve tanto como testimonio de paso como de recordatorio del camino elegido. Por suerte o por desgracia la vida está repleta de caminos asfaltados, pozos, montañas, valles, puentes y demás obstáculos que debemos ir sorteando y que a veces no dejan huellas tan claras.

Gracias a que ciertos caminos son de tierra pasamos por la vida dejando huellas, algunas en nuestro entorno y otras reflejadas en nuestros compañeros de viaje de los que ya hablamos aquí. ¡Qué triste sería una existencia solitaria en la que nuestra vida nunca se cruzara con la de otra persona!

No todas las huellas resultan visibles, ni tienen la misma profundidad y, por supuesto, tampoco nos permitan emprender caminos de vuelta. De unas y otras también hablaremos aquí.

2 comentarios:

luis irles dijo...

Un lenguaje cuidadosamente elaborado el tuyo, amigo Náufrago. Todo él transmite una intensa búsqueda... Es el modo en que yo entiendo tu escritura, que logra convertir historias aparentemente sin estridencias, en una tremenda parábola sobre la condición, la fragilidad y la soledad humanas.

Te felicito por estos excelentes textos.

Saludos,
Luis

Náufrago dijo...

Estimado Luis, muchísimas gracias por tu comentario.

Efectivamente me encuentro en un periodo de reflexión, intentando mirar al pasado para comprender un poco mejor el presente y prepararme para el futuro.

Creo que, con la sensibilidad que te caracteriza, has comprendido perfectamente el espíritu de esta pequeña bitácora.

Un saludo.